jueves, 1 de diciembre de 2011

Burry me alive


Al fin, una de esas noches en las que nada ni nadie puede arruinar tu momento de brillar. Lo único que deseaba era salir al escenario y cantar a todo pulmón esas canciones que tanto amaba, nada podía impedirlo…o eso creía yo.
Estaba calentando la voz detrás del escenario hasta que llegó, como siempre, con su vocecita suave y seductora, no tenía escapatoria al pensar en eso. Quería que se fuera, no podía distraerme.
-Deberías saber que tus fans están enojadas, deja de acomodar tu vestido y sal rápido.
-Y si no quiero? Tratarás de matarme como la última vez?
-No me lo recuerdes. Estaba ebrio. Te pedí disculpas, millones de veces, y aún sigo sintiéndome culpable.
-Soy propensa a esos peligros. No te preocupes.
-Muy bien pequeña, deja de hablar y sal al escenario antes de que los que te maten sean tus fans.
Era la cantante de Osen, si bien la banda no era demasiado conocida, teníamos la calidez de verdaderos fans.
-Sigues siendo el principal?
-No lo dudes
Traté de no sonrojarme y seguir con mis palabras
-Ok, también los chicos me matarán si no salgo rápido. Nos vemos luego.
-Suerte
-Podemos salir a tomar algo cuando termine el concierto, si quieres.
-Eso quería explicarte. Tengo que irme a la universidad, no tengo mucho tiempo para quedarme. Solo quería despedirme.
Quedé atónita hasta que mi guitarrista me tomó del brazo y casi me arrastró hacia el escenario.
Comenzamos con Scissor, Paper, Rock. La canción que expresaba mis sentimientos en ese mismo momento.  Estaba confundida, triste, totalmente destrozada.
Transcurrió así el concierto, hasta cuando llegué a Bury me alive, la gota que derramó el vaso. No pude seguir.
Salí corriendo a la calle, eran las 11 de la noche. Tenía un vestido e incómodos zapatos pero nada me detenía. Mis lágrimas corrían por mi rostro ante el arrepentimiento de no haber aprovechado la oportunidad que tenía con la persona más asombrosa que había conocido.
Renuncié a él solo para no herir los sentimientos de mi mejor amiga, luego ella lo olvidó, pero yo no. Cómo podía olvidarlo? El último año de secundaria, el único que se atrevió a hablarle a la rara de la escuela en la fiesta de egresados, el único que pudo sacarme una sonrisa ese día de puras pérdidas.
Nada iba a poder sacarlo de mi cabeza.
Llegué al aeropuerto, pero todos los vuelos habían partido. Llovía, hacía frío.
El vacío de la nada.
Decidí volver al hotel y tratar de sobrevivir a tales desgracias.
Caminé por tres cuadras bajo la lluvia, no había ningún taxi ni nada que me transportara con rapidez al hotel. Pero además del frío, no había nada por qué apurarme.
Todo mi mundo se había derribado con una sola frase. Sólo quería explicarle las razones de mi estúpida decisión hace un año y ahora todo estaba perdido.
En ese momento sólo quería decirle cuánto importaba para mi, cuánto lo necesitaba.
Caminé en el frío de la noche esperando que nadie me encontrara.


No hay comentarios:

Publicar un comentario